domingo, 28 de febrero de 2010

KILOMETRO 0


"kilómetro 0 en un monolito en la Plaza de los Dos Congresos en Buenos Aires. El 2 de octubre de 1935, se instaló el Monolito obra de los hermanos Máximo y José Fioravanti sobre la zona norte de la Plaza Lorea, pero por un decreto fue trasladado a su actual ubicación el 18 de mayo de 1944. En su cara norte está grabada la Virgen de Luján, en la cara sur una carta en relieve de la República Argentina, al oeste placas en homenaje a José de San Martín y al este placas con la fecha del decreto y el nombre de las autoridades.






fuente: Wikipedia

ANTIGUO NATATORIO DEL PARQUE AVELLANEDA


El Antiguo Natatorio Público de Parque Avellaneda nace en la segunda década del siglo XX a partir de políticas sociales que consideran al agua un elemento de higiene, salud y recreación. Estas funciones resultan exaltadas con la construcción de un imponente edificio monumental de gran interés arquitectónico y plástico.

El arquitecto Moretti lo construye en 1923 como uno de los primeros natatorios públicos de la ciudad, se habla del mismo como “La Casa de Baños de Parque Avellaneda”.

No se conoce otra obra de este arquitecto, pero por este edificio, sabemos que estaba influenciado por las corrientes artísticas que venían de Europa. Precisamente construye el Natatorio según los principios de la sezession vienesa que es el nombre que toma el art noveau en europa del este.

Las edificaciones que responden a esta escuela, se caracterizan por sus volúmenes puros, pesados y por modificar, según una interpretación del siglo XX, elementos de la arquitectura clásica.

Es el caso del Natatorio con sus columnas de estilo dórico, jónico y ornamentación inspirada en la mitología grecoromana.


En Buenos Aires no ha habido muchas construcciones de la sezessión, a excepción del arquitecto Kalnay autor de la Munich, en la costanera sur (hoy sede de la Dirección General de Museos).

En Viena, existe un edificio que se llama de la Sezessión y que tiene elementos similares al Natatorio, en la volumetría, la pérgola, las líneas que acentúan ciertos elementos, la cornisa. La fachada principal del Natatorio es imponente, consta de dos volúmenes que se adelantan, en el centro una escalinata que remata en el inmenso portón de dos hojas enmarcado por dos columnas jónicas, la pérgola y las dos vasijas cuyos rostros dotan al conjunto de solemnidad y grandilocuencia. Pequeñas columnas adosadas rematan los volúmenes adelantados. El portón de bronce resulta impactante con sus máscaras de leones que acentúan la idea de fortaleza. Estas máscaras rematan en líneas cuyo grafismo recuerda las obras de Klimt, artista del art noveau.



Seguramente, la elección del estilo dórico correspondía a la función que el edificio iba a cumplir como ámbito dedicado al cultivo del cuerpo y la fortaleza física. Según las normas de utilización de los órdenes clásicos, el dórico corresponde a la idea de fuerza y masculinidad.

Su planta es simétrica rectangular y como ornamentación de las columnas y el panel, aparecen figuras de la mitología asociada al mundo marino, rostros femeninos, masculinos, de seres imaginarios, delfines, Neptuno o Poseidón.

Coronando la pileta, se encuentra una escultura femenina sosteniendo una vasija que vuelca hacia la pileta enmarcada por una conchilla (venera) debajo de un arco carpanel. Su placa, indica que fue realizada por la fundición Lez du YALD’OSNE. París. A. Motteau-resesentant. 1272. Sant. que se ocupaba de realizar fuentes, equipamientos de jardín y reproducciones de obras de arte en hierro.

Es probable que esta pieza se comprara por catálogo. A cada lado de la pileta, se ubicaban dos salones como vestuarios de damas y caballeros, originalmente sus techos eran muy altos de 2.26 mts. para garantizar una adecuada aireación. Esto es propio de la búsqueda de funcionalidad de la arquitectura contemporánea, en estos ambientes donde había vapor, era necesario un techo bien alto.

En el exterior, los muros laterales lisos cobran dinamismo con un grupo de casetones y un friso perimetral texturado, la cornisa es en alero y dentada. Es el momento en el que se está renovando el vocabulario de la arquitectura, pasando del art nouveau al art decó, los paneles que enmarcan la pileta son sencillos utilizados por la sezessión vienesa, respetando la tradición clásica en la simetría.


Otras formas propias de la sezessión vienesa son la escalera, la propia pileta y la pérgola, que cumplen un papel muy importante en la organización espacial del edificio. La escalera llevaba al solarium donde se podían tomar los ansiados baños de sol considerados en la época, como una de los tres elementos de prevención contra las enfermedades (sol, agua y aire). Cabe aclarar que la exposición al sol era por motivos medicinales, el canon de belleza corporal indicaba que la piel debía estar blanca.

La fachada posterior, mucho más simple que la principal, tiene en su muro un solo elemento decorativo floral. En la planta baja, se ubicaban distintas salas destinadas a la realización de ejercicios físicos complementarios para el mantenimiento de la salud, se sabe que funcionaban salones de pesas, consultorio médico y sitio donde el peluquero cortaba el cabello a los niños de la Colonia.



También en la planta baja, debajo de las baldosas de la pileta, rodeando todo el perímetro del edificio, se ubicaba un pasadizo o túnel técnico donde se encontraban las cañerías que abastecían de agua la pileta. Varias generaciones aprendieron a nadar en este antiguo Natatorio hasta que en la década del ’70, se cierra porque ya no respondía a las costumbres de la época. La pileta resultaba pequeña y en las proximidades, se habían abierto otros natatorios públicos de mayores, ests últimos estan ubicados en el polideportivo del parque.
En la actualidad en el esdificio del antiguo natatorio funciona una escuela secundaria perteneciente al gobierno de la ciudad, especializada en paisajismo y jardines

domingo, 21 de febrero de 2010

LILIANA CROCIATI DE SZAKSZAK

Liliana Crociati de Szakszak
La bóveda que vamos a describir contiene los restos de Liliana Crociati de Szaszak, quién murió a los 25 años en Insbruch, Austria el 26 de febrero de 1970, al precipitarse un alud de nieve sobre el hotel en el que se encontraba con su marido, sorprendiéndola mientras dormía.

En su parte exterior este sepulcro tiene un predominio del neogótico con ventana y arcos ojivales muy pronunciados.

En el interior, bajo nivel se hallan los catres revestidos de ladrillos y mayólicas españolas en el piso. Un sari rojo traído de la India, cubre el ataúd de Liliana.

En su frente se destaca la escultura de Wilfredo Viladrich (1923 – 1976), que representa a Liliana con su vestido de novia y acompañada de su perro Sabú.

En la construcción de la bóveda, sus padres trataron de reflejar el estilo de vida y temperamento de su hija.

El escultor mencionado nació en Buenos Aires y era hijo del pintor español Miguel Viladrich.
 
Nadie supo explicar qué sucedió con el viudo, si vivió o no. Tampoco se entiende por qué un misterioso hombre le deja flores en la puerta de la tumba y huye antes que alguien pueda preguntarle algo. Para sumar más tristeza y rareza a todo el relato, su padre mando a tallar en marmol un poema en Italiano en las paredes de la tumba...que reza “Miserere nostri Deus omniun respicit nos et ostende nob lugen miserationum tuarum”...Marcando lo fugaz de la vida de su pequeña y lo injusta que fue la vida al llevársela antes que a el...
 
 
 
En el pedestal de la escultura hay una placa de bronce que dice...
 
A Mia Figlia


Solo mi chiedo il perché? Tu sei partita e distrutto hai lasciato il mio cuore.? Che te solamente voleva perché?? Perché? Solo il destino sa il perché e mi domando perché? Perché non si puo stare senza te, perché?? Tanto bella eriche la natura envidiosa ti distrusse, perché?? Perché, solo mi domando se dio c'e, con se porta viacio che suo non é.? Perché si distrugge e lascia all infinito il dolore! Perché, credo al destino e non a te perché?? Perché solo so che sempre sogno con te, perché c'e di ché?? Per tutto l'amore che sente il mio cuore per té. Perché? Perché? Il tuo papá.

Traduccion:

A mi hija:
Sólo me pregunto por qué te has ido y has dejado destrozado mi corazón. Que solo te quería por qué? Por qué? Solo el destino sabe el por qué y me pregunto por qué? Por qué no se puede estar sin ti, por qué? Tan linda eras que la naturaleza, envidiosa, te destruyó, por qué? Por qué, solo me pregunto si hay dios, se lleva lo que no es suyo. Por qué destroza y deja hasta el infinito el dolor! Porqué, creo al destino y no a ti, por qué? Por qué solo se que siempre sueño contigo, por qué hay de qué? Por todo el amor que siente mi corazón por ti. Por qué? Por qué? Tu papá...


Se dice que, como a Liliana no le gustaba llevar flores al cementerio porque "al cortar una flor se corta una vida" , su padre mando diseñar un pequeño jardín junto a la estatua.
Podrán observar que Sabú tiene el hocico brillante. Desde hace un tiempo los guias del cementerio le dicen a la gente que si se lo tocan les traerá suerte.



El interior de la bóveda que se halla bajo nivel, conserva las características de las catacumbas romanas, destinando cada arco para un ataúd. Todo con revestimiento de ladrillos y mayólicas españolas en el suelo.-
Sobre las paredes hay fotos de Liliana en distintos momentos de su vida. Hay cuadros al óleo que pertenecieron a sus abuelos y uno pintado por una de sus amigas y compañera de Bellas Artes.
Durante muchos años un joven desconocido colocaba una flor en esa tumba permanentemente. Un día dejaron un papel donde había el siguiente poema escrito en inglés:
 

"But tomorrow we will run a little faster. Tomorrow we will find what we seek to end. The feelings that we in the past. Romance is in the sunset. We ship on the current until the end "


“Sin embargo mañana correremos un poco más rápido.
Mañana encontraremos lo que buscamos al fin.
Los sentimientos que dejamos en el pasado.
Hay romance en la puesta del sol.
Somos barcos sobre la corriente hasta el fin”
 

CEMENTERIO DE FLORES


Breve reseña histórica

Don Ramón Francisco Flores en 1804 funda el pueblo de San José de Flores en el entonces Partido de Morón. En 1807 se inaugura el primer cementerio, lindero a la parroquia.

El pueblo crece rápidamente y se traslada el cementerio a una parcela ubicada entre Varela, Culpina, Tandil y Remedios, donada por la familia de Esteban Villanueva que se inaugura el 20 de septiembre de 1832 y por resolución del 7 de julio de 1865 pasa a depender de la Municipalidad de San José de Flores que luego, por las leyes de federalización dictadas en 1884 y 1887, se incorpora a la Ciudad de Buenos Aires.

El cementerio es habilitado el 9 de abril de 1867 y Elena Bergallo, de tres meses de edad, constituye su primera inhumación.

El 1° de octubre de 1979 se bendijo el nuevo “Cementerio Parque” como anexión al cementerio de Flores.

Este cementerio conserva las características pueblerinas de su concepción. Entre las bóvedas que se encuentran en él se destacan las de la familia Flores, Tomás Millan, Terrero, Bunge y Ojeda. Además descansan los restos del tan mentado payador Gabino Ezeiza

http://www.buenosaires.gov.ar/areas/espacio_publico/mantenimiento_urbano/cementerios/flores.php?menu_id=5365

CEMENTERIO DE LA CHACARITA

Breve reseña histórica

Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871 surgió la necesidad de ampliar la capacidad de los cementerios existentes que estaban colmados a causa de la anterior peste de cólera, destinándose a ello un terreno de 5 hectáreas conocidas como la Chacarita de los Colegiales visitada por los estudiantes pupilos del Real Colegio de San Carlos, que hoy corresponde al Parque Los Andes, y que se conoció popularmente como Cementerio Viejo.



Fue inaugurado el 14 de abril de 1871 siendo su primer administrador el señor Munilla y el primer inhumado don Manuel Rodríguez, albañil.



La Porteña, nuestra primera locomotora, estuvo afectada al servicio de “Tranvía Fúnebre” que partía de la estación Bermejo, ubicada en Corrientes y Ecuador, y transportaba las cajas de madera hasta la actual Av. Dorrego.



Fue tan grave el flagelo que existen testimonios de 564 inhumaciones en un solo día, quedando reflejado en la crónica de la época el macabro espectáculo de las inhumaciones nocturnas.



El cementerio fue clausurado en 1875 pero siguió funcionando hasta el 9 de diciembre de 1886 y a comienzos de 1887 las inhumaciones comenzaron a realizarse en el Cementerio denominado “Chacarita la Nueva”.



Por Ordenanza del 30 de diciembre de 1896 su denominación fue “Cementerio del Oeste” hasta que el 5 de marzo de 1949 se establece el nombre de “Cementerio de la Chacarita”.



Este cementerio es uno de los más grandes del mundo y la excelencia y envergadura de su construcción lo convierten en un monumento de inconmesurable magnitud. Desde sus inicios fue popular, aquí se encuentran nuestras personalidades más reconocidas, como Carlos Gardel, Luis Sandrini y Alfonsina Storni.



Ubicación

Su superficie actual es de 95 Ha y sus límites son las calles Guzmán, Jorge Newbery, vías del FFCC San Martín, Garmendia, del Campo y Elcano.

Es el cementerio mas grande de la ciudad.

Dentro del predio del Cementerio de la Chacarita se encuentra ubicado el Crematorio de la Ciudad.

MONUMENTO EN HOMENAJE A LOS FALLECIDOS DURANTE LA EPIDEMIA DE FIABRE AMARILLA DE 1871

Monumento  en homenaje a los fallecidos durante la espidemia de fiebre amarilla

Este monumento fue erigido en 1873 en homenaje a las víctimas de la fiebre amarilla de 1871 en Buenos Aires. el momumento está emplazado en la plaza Florentin Ameghino.
 En la parte inferior del mnumento se talló la imagen del óleo de  Juan Manuel Blanes quien inmortalizara una escena de la epidemia donde se observa a las autoridades sanitarias ingresando a una vivienda de la ciudad y encuentran a una mujer muerta y su bebé llorando a su lado. La epidemia cobró la vida de aproximadamente 14.000 personas.
La plaza Ameghino en el siglo XIX era el cementerio del Sur donde se enterraban a los inmigrantes y personas de bajos recursos, cuando ocurrió la epidemia el cementerio no daba abasto y se resolvió llevar a los nuevos muertos al cementerio de la Chacarita y trasladar los muertos del cementerio del Sur.
Como la cantidad de muertos diarios era enorme, le dieron prioridad para el cementerio de la Chacarita a quienes fallecen dia a dia, mientras los deudos de los muertos del cementerio de sur retiraban los restos de sus parientes para llevarlo al nuevo cementerio- ya que ese lugar dejaría de funcionar como tal.  El monumento fue constrido en el lugar donde se hallaba la admnistración del antiguo Cementerio del Sur

Se cree que los que no fueron reclamados quedaron enterrados en la actual plaza... Lo que dio lugar a la leyenda que dice que cuando apenas sale el sol y y haciendo silencio frente al monumento se esuchan llantos y lamentaciones de los que aón siguen enterrados en el lugar.
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Episodio de la Fiebre Amarilla,
ocurrida en Buenos Aires en 1871, por Juan Manuel Blanes (óleo sobre tela).

martes, 16 de febrero de 2010

ROMANTIC ARGENTINA 1932 (una joyita)




Esta es una filmación norteamericana, de nueve minutos de duración, sobre Buenos Aires del año 1932, se puede ver la costanera sur a pleno totalmente diferente de lo que es hoy y otros lugares de la ciudad en ese año.

jueves, 11 de febrero de 2010

MENSAJES Y SIMBOLOS EN LA PUERTA DE ENTRADA DEL CEMETERIO DE LA RECOLETA

“Requiescant in pace”
exterior
Del lado de afuera el mensaje es de los vivos a los muertos: Requiescant in pace, que significa: Descansen en Paz.




"Expectamus Dominum"
interior
Del lado de adentro el mensaje es de los muertos a los vivos: Espectamus Dominun, que significa: EL SEÑOR AGUARDA




El cementerio en sí, es una obra de arte, un museo al aire libre en el que encontraremos diferentes símbolos religiosos y también masónicos, ya que allí fueron sepultados hombres que integraban la masonería, siendo muchos de ellos, héroes de nuestra Patria.


Al ingresar al cementerio, encontraremos los primeros símbolos de la vida y de la muerte, representados en once alegorías:



El huso y las tijeras: simboliza el hilo de la vida que se puede cortar en cualquier momento.


La cruz y la letra P: la paz de Cristo en los cementerios

La corona: voto de recuerdo permanente

La esfera y alas: el proceso de la vida y de la muerte que gira incesantemente como la esfera.

Cruz y corona: muerte y recuerdo.

Abeja: símbolo de laboriosidad.

La Serpiente mordiéndose la cola: el principio y el fin

Manto sobre urna: abandono y muerte

Antorchas con llamas hacia abajo:la muerte

Búho: vigila atentamente y según algunas creencias, anuncia la muerte

Reloj de agua o Clepsidra: el transcurrir del tiempo, el paso de la vida.
 
http://www.cementeriorecoleta.com.ar/simbologia1.htm

miércoles, 10 de febrero de 2010

PUENTE AVELLNEDA

El Puente Nicolás Avellaneda, es un puente que cruza el Riachuelo, uniendo los barrios de La Boca de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Isla Maciel en la Ciudad de Avellaneda.




Inaugurado el 5 de octubre de 1940 a escasos metros del antiguo puente transbordador (con el que comparte nombre), su construcción significó toda una hazaña para la ingeniería de su época, siendo una de las primeras obras del mundo en acero y cemento.




Tiene un largo aproximado de 1650 metros, desde su acceso en la avenida Sargento Ponce, en Dock Sud hasta la avenida Almirante Brown (esquina calle Pinzón), en el barrio porteño de La Boca. Originalmente el acceso por la calle Pinzón pretendió ser provisorio, estando en el proyecto original la voluntad de hacer una extensión hasta la calle Wenceslao Villafañe.



Es una de las principales vías de tráfico entre Avellaneda y la Capital Federal, sobre todo cuando el Nuevo Puente Pueyrredón sufre cortes, siendo estos muy habituales. También cuenta con pasarelas habilitadas para la circulación de peatones, a las cuales se accede desde dos edificios (uno de cada ribera), donde se instalaron oficinas y viviendas de los técnicos de la Dirección Nacional de Vialidad, actualmente en restauración.

LA VELETA QUE LE DIO NOMBRE A UN BARRIO "CABALLITO"

En el año 1804 un inmigrante genovés Don Nicolás Vila instaló en la esquina de las actuales calles Rivadavia y Emilio Mitre una pulpería. Coronaba la construcción una veleta de latón con la figura de un pequeño caballo. Este comercio con el correr de los años comenzó a ser conocido como "La pulpería del Caballito" y poco a poco se comenzó también a denominar con el nombre de "Caballito" a la toda esa zona. Actualmente en la plaza 1° Junta un mástil tiene en su cima una veleta realizada por el escultor Luis Pertlotti que es copia de la original

martes, 9 de febrero de 2010

Roverano (Cementerio de La Recoleta)

 En la tumba de la familia Roverano se distingue una estatua que simboliza al inmigrante llegado a estas tierras con voluntad de labrarse un porvenir. El casco del navío lleva la inscripción “Ayudate”. Los Roverano, dedicados al comercio y obras de beneficencia, fueron también los dueños de la conocida confitería del Gas.

Los Roverano mantenían una muy cordial competencia con un café situado a una cuadra de distancia, en la misma manzana: el Tortoni, ubicado desde 1858 en la esquina de Rivadavia 801 y Esmeralda, donde ahora se encuentra la plaza Roberto Arlt. En 1880, cuando el Tortoni se instaló enfrente, en Rivadavia 826, los Roverano se mudaron a la esquina que dejaron sus colegas. Volvieron a ser pioneros cuando en 1882 una empresa de electricidad que repesentaba los intereses de Tomás Alva Edison y debía demostrar a las autoridades sus capacidades,colocó lamparitas en la siempre moderna Confitería del Gas.

domingo, 7 de febrero de 2010

UN CHALET EN LA 9 DE JULIO

Don Rafael Díaz nunca imaginó que su esfuerzo iba a traducirse en un sueño realizado. Terminaba el siglo XIX. El tenía 15 años, era vendedor en una mercería de la calle Chacabuco y a la noche dormía sobre el mostrador del negocio. Su empleador, ante el empeño de Díaz, le auguró: "Usted va a ir al Paraíso, Rafael, usted tiene un chalecito reservado en el cielo".




Ese fue el origen del chalet que se levanta en la cima del edificio de Sarmiento 1113, que se asoma sobre la 9 de Julio y que tiene como vecina la mismísima punta del Obelisco.



Ahora está casi escondido bajo carteles publicitarios. Son pocos los ángulos desde los que se lo ve. Cada tanto, algún peatón que cruza la gran avenida cree descubrirlo. "¿Y eso? ¿Qué loco hizo un chalet ahí arriba? ¿Quién vivirá ahí?" Y no. Vivir ya no vive nadie. Ahora funcionan oficinas. Pero hace muchos años sí...



La idea de tener una casita en el cielo obsesionó a don Rafael. Y no quiso esperar hasta la otra vida. Un día él iba a tener un edificio de diez pisos -en el que sólo se vendieran muebles-, coronado por un chalet normando como uno que había visto en Mar del Plata.



En 1927 terminó de construir su sueño. Inauguró Muebles Díaz, que se convirtió en una de las grandes tiendas de Buenos Aires. Todo el mundo la conocía como la mueblería del chalecito. Mónica Abal de Schiavon, su bisnieta, cuenta que el hombre decidió hacerse una sucursal de la casa.



Vivía en Banfield. No podía volver a almorzar: entonces, creó allí un segundo hogar. Comía en la primera planta. Hacía una siestita, ni muy corta ni muy larga, y volvía a trabajar.



Su chalet no sólo rascaba la panza al cielo. En días claros, permitía ver la costa del Uruguay. Le gustaba mirar la ciudad. Desde esas ventanas, el señor Díaz vio, bloque por bloque, cómo levantaron el Obelisco en 1936. También fue testigo de la apertura de la 9 de Julio. Nada de eso estaba cuando él llegó.



De hecho, el señor Díaz sabía que la publicidad era la clave del negocio. Pero no quería pagar por ella. Y supuso que el chalecito era la mejor publicidad. Pero cuando él edificó, la calle era muy angosta y no había ángulo desde el cual divisar la casita. Tuvo suerte. O ayuda desde lo alto. Porque pronto se abrió la 9 de Julio. Y el chalecito pasó a ser parte de la típica postal de Buenos Aires, una ciudad en la que todavía corrían los tranvías.



Hoy, para llegar al chalet hay que subir por ascensor. En la planta baja funciona la administración del edificio, y en el primer piso, oficinas con alfombra gris y muebles modernos. El techo es de teja francesa. El comedor conserva el bow window con vitrales. Sobrevivieron las baldosas con arabescos del baño.



Al último piso se llega por una escalerita de caracol. Está vacío. Pero mantiene la esencia de la casa. Los ventanales enmarcan una vista única. Es posible estar bajo el techo a dos aguas de un altillo y mirar cara a cara, la punta del Obelisco.



En la terraza se mantiene una decena de maceteros repletos de flores, una pincelada de cómo se vería cuando don Rafael la convirtió en un jardín donde se exponían muebles de exterior.



Cuentan los nietos que en los años 40 y 50 el negocio fue una de las mayores mueblerías de América latina. La decadencia llegó cuando las grandes tiendas por departamento dejaron de ser iconos de Buenos Aires.



Don Rafael falleció en 1968. El negocio quedó en manos de sus hijos y, hacia fines de los años 70, los pisos se alquilaron para otros usos. Y con el auge de los carteles lumínicos, el pequeño gran chalet, el símbolo del sueño del señor Díaz, quedó tapado.



Por años estuvo abandonado. Y oculto. Fue sede de una agencia de modelos y el laboratorio de un fotógrafo.



Y así fue como los porteños terminaron desconociendo la historia de aquella casita. Cada tanto, alguno se sorprende: ¿quién habrá sido el loco que se hizo semejante chalet en la punta de un edificio y asomándose a la 9 de Julio?