
Esta es la historia del primer gomero de Buenos Aires.
Allá por 1791, Don Martín José de Altolaguirre y Pando, natural de Buenos Aires y agrónomo industrial eminente tenía su quinta denominada "de la Recoleta" Se extendía desde el huerto de los Recoletos hasta el río y hasta lo que es hoy Callao. Don Martín José era un botánico distinguido que plantó árboles frutales y plantas exóticas.
El primer gomero que plantó (ficus elástica) con sus 218 años aún sigue en pié (¡hasta soportó la construcción de un estacionamiento subterráneo a unos metros!).

El enorme árbol en cuestión era en ese entonces conocido como "el gomero de los floristas" por su gran difusión en Europa. El famoso gomero no solo está en pie y fornido después de más de 200 años sino que ha dado "descendencia" en los otros gomeros de las plazas (los que están entre el Palais de Glace y Quintana por ejemplo, por sólo nombrar los más cercanos).
Dicen que todos los gomeros porteños son descendientes del traído por fray Franciso de Altolaguirre para su hermano Martín.
La base del añoso árbol tiene más de 7 metros de diámetro y algunas de sus ramas tienen más de 28 metros de largo y un diámetro de 1,5 metros en su nacimiento.








El jardín francésCon diseño simétrico de estilo francés del siglo XVII al siglo XVIII.El jardín orientalTambién cuenta con zonas donde las plantas se ordenan de acuerdo a su origen; de Asia se aprecian ejemplares Ginkgo biloba; de Oceanía, con Acacias, Eucaliptus y Casuarinas; de Europa, con robles, avellanas y olmos; y del África, con helechos, palmeras, y gomeros. Además, de Estados Unidos provienen las sequoias, pero sobre todo, haciendo especial hincapié en la flora argentina.También se encuentran sectores donde los especímenes vegetales se ordenan sistemáticamente, según la clasificación taxonómica.En el año 2006 se diseño el llamado Jardín de los Sentidos donde se ubican especies aromáticas y perfumiferas para oler y especies con texturas variadas para tocar. Este Jardín es especialmente visitado por grupos de nivel inicial, no videntes y de educación especial.
LOS PRIMEROS FRIOS
"La progresiva ciudad levanta esbeltos monumentos, abre espaciosas avenidas, construye colosales edificios, hermosea su recinto con parques y jardines para solaz y esparcimiento de los ciudadanos; ¿por qué, pues, no puede levantar también un planetario, colosal monumento de cultura y fuente inagotable de gozo estético, que ha de inmortalizarla y atraer hacia sí infinidad de viajeros de toda América del Sur?", dijo el 20 de agosto de 1937 el director del Observatorio de San Miguel, Ignacio Puig. El edificio consta de cinco pisos, seis escaleras (una helicoidal) y una sala circular de 20 metros de diámetro con 360 butacas reclinables.
Un sistema de proyectores y equipos láser dirigidos a esa cúpula brindan diversos espectáculos sobre la conformación del universo, con la exhibición de 8900 estrellas fijas, constelaciones y nebulosas.









