jueves, 12 de febrero de 2009
FEBREO MES DEL CARNAVAL "MURGAS"
Desfachatados, atorrantes, descontrolados, atrevidos, alucinados. Estas palabras que hacen cierto ruido de provocación y resistencia nombran murgas de barrios porteños. No es nuevo que la crítica y la risa vayan juntas, montadas en la ironía, y ellos aseguran que es con la mediación de la alegría que se puede hablar de todo aquello que molesta. Es la lógica de carnaval, el reino del revés. La murga fue una de las formas de arte social que más creció en el país al ritmo de las crisis políticas y económicas. Desde ese lugar de contención artística, que tiene sede en cada barrio, los integrantes de las murgas porteñas trabajaron para lograr que este año la Legislatura reinstaurara los días del carnaval que la última dictadura sacó del calendario. Y lo lograron. El lunes y el martes la Ciudad volverá a dar asueto para que sus empleados públicos puedan ir a la calle a festejar. Para el lunes están previstos corsos en los barrios y para el martes una marcha de Plaza de Mayo al Congreso para recuperar el feriado nacional. En medio del barullo de carnaval, el libro de la murguera Luciana Vainer Miralá que linda viene propone una revisión histórica de la murga porteña como género artístico y social. Su desafío fue mirarse desde adentro ya que se propone contar la historia llamando a las voces de los protagonistas para que hablen de sí mismos. Así, hablan en este libro Los viciosos de Almagro; Los cometas de Boedo; Los elegantes de Palermo y Los insaciables de la Paternal, entre otros.Según la Comisión de Carnaval —mesa que tiene como miembros a la Legislatura, Cultura de la Ciudad y representantes de murgas— hay 123 agrupaciones inscriptas. Vainer, de 32 años y miembro de Los Quitapenas, de Barracas, recorre 15 años de carnaval porteño en los que ella misma hizo historia: fue una de las dos mujeres que encabezaron la Primera Marcha de Carnaval, rompiendo la tradición masculina de liderar los desfiles.Según explica, la explosión masiva de la murga porteña a principios de los 90 en la ciudad de Buenos Aires tiene directa relación con el trabajo del primer "Taller sobre murgas, comparsas y agrupaciones humorísticas" que el artista "Coco" Romero abrió en el Centro Cultural Ricardo Rojas, donde encontró una vía para la difusión y consiguiente revitalización de las agrupaciones. En este espacio fue donde empezaron a nacer nuevos grupos. Como consecuencia natural fueron generando nuevos espacios. Uno de ellos es el "Frente Murguero" nacido, según se lee en su carta de presentación, "como una lucha en reivindicación por los derechos sociales y humanos", desde la identidad murguera. La letra que se canta entre la "presentación" y la "retirada" se llama "crítica". "Con el bombo luchamos contra el silencio/ denunciando la farsa de los gobiernos" dice, como un manifiesto, una de las letras de Gambeteando el empedrado. Vainer explica que allí se reflejan todos los temas que tienen que ver con la actualidad: "ahora hay letras sobre Cromañón, se pide justicia. Otras hablan de la desidia de los gobernantes, también hay críticas al periodismo". En cuanto a su forma artística si algo distingue a la murga porteña de otras es el bombo con platillos. Según cuenta Miralá... hay ritmos tradicionales de cada barrio, que se usan para distinguirse. Así Barracas, Almagro, Boca, cada uno tiene su toque particular.
http://www.agrupacionmurgas.com/his_murpor.htm
http://www.clarin.com/diario/2005/02/05/sociedad/s-04301.htm
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