jueves, 13 de noviembre de 2008

BASILICA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO Y CONVENTO DE SANTO DOMINGO























La Orden de los Dominicos Predicadores se asentó a comienzos del siglo XVIII en la manzana que hoy ocupan la iglesia y el convento. El templo actual, que reemplaza a las primitivas construcciones, comenzó a levantarse en 1751, según planos del arquitecto Francisco Masella.
En 1762, el alarife Francisco Alvarez se hizo cargo de las obras. A partir de 1774, intervino el Arq. Manuel Alvarez de Rocha. La iglesia fue consagrada en 1783, cuando aún faltaban trabajos de terminación en el techo y la torre izquierda. Secularizada la Orden bajo la Ley de Reforma Eclesiástica que impulsó el gobierno de Bernardino Rivadavia, se instaló en una celda del convento la primera sede del Museo de Historia Natural y, en la torre, un observatorio astronómico.
En el siglo XX la iglesia fue elevada al rango de Basílica, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. La puerta de acceso al convento -de la que Mario J. Buschiazzo hizo réplicas para la restauración del Cabildo- se destaca entre los mejores testimonios de la ciudad colonial. La iglesia tiene tres naves, la central con bóveda de cañón corrido y cúpula sobre el crucero. En las capillas laterales se conservan retablos de los siglos XVIII y XIX .

Las fachadas fueron poco modificadas a lo largo de su historia: en 1849 se levantó la torre derecha y, a fines del siglo XIX, el sencillo coronamiento curvo fue reemplazado por un frontón recto y liso. Tres arcos con rejas dan acceso al nartex; otras dos puertas, bajo las torres, se corresponden con las naves laterales. El interior mantiene el carácter simple de las iglesias del período colonial, sólo alterado, en parte, por el agregado de revestimientos de mármol esculpido en la nave principal.

Actualmente en los pasillos que circundan el altar mayor se encuentran exhibidas cuatro banderas tomadas por Liniers a los ingleses tras su rendición en Santo Domingo.



Datos curiosos:


La veleta de la torre derecha tiene una figura de perro pues los dominicos llevan ese nombre por Domini canis (los perros o guardianes del señor). La veleta izquierda es la silueta tradicional de un gallo


En el frente, en la torre izquierda hay vestigios de  la defensa de la ciudad de Buenos Aires con motivo de la segunda invasión inglesa del año 1807. Cuando el 2 de julio de 1807 los ingleses intentaron apoderarse de Buenos Aires por segunda vez, el convento fue teatro de un glorioso episodio. Los invasores se habían atrincherado allí, y desde la única torre que tenía en aquel entonces ofrecían resistencia a las fuerzas de Santiago de Liniers. Muchos de los cañonazos disparados hacia el convento dieron en la torre, quedando las balas incrustadas en ella. En la época de Juan Manuel de Rosas, don José María Iturriaga hizo retirar las balas verdaderas y como recuerdo colocó en su lugar tacos de madera que son los que hasta hoy se conservan.























viernes, 7 de noviembre de 2008

FRAGATA SARMIENTO


La fragata ARA Presidente Sarmiento se convirtió en 1897 en el primer buque escuela moderno que tuvo la Argentina construido específicamente con ese fin y es un testimonio de las jornadas en la formación naval de la juventud argentina. Construida en Inglaterra realizó 39 viajes alrededor del mundo recorriendo en total 1.100.000 millas marinas siempre en misión de paz. Actualmente se encuentra amarrada en el Dique III de Puerto Madero, en la Ciudad de Buenos Aires.






Hasta 1939 realizó 39 largos viajes, 37 de ellos de instrucción por diversas partes del mundo, en los que recorrió 1.100.000 millas marinas (2.035.000 km), distancia equivalente a 50 viajes alrededor del mundo. En ella se formaron 23.000 cadetes y oficiales navales.
Tenía comedor, cocina, peluquería y salas de clase para 32 oficiales, 40 cadetes y 275 tripulantes. Solamente los altos oficiales tenían camarote; toda la tripulación dormía en las camas coy, similares a las hamacas paraguayas.
Muchos personajes célebres visitaron la nave en cada puerto que tocaba, entre ellos el Zar Nicolás II de Rusia, el Kaiser Guillermo II de Alemania y presidentes extranjeros como William Taft, de Estados Unidos. Formó parte de las revistas navales de las coronaciones de Eduardo VII y de Jorge V de Inglaterra, y Alfonso XIII de España. Participó de la apertura del canal de Panamá y la inauguración de la estatua de José de San Martín en Boulogne-sur-Mer, Francia, y la del general Manuel Belgrano en Génova, Italia.


Intervino en las maniobras y en la gran Revista Naval del Centenario de la Revolución de Mayo, donde embarcaron en ella la infanta Isabel de Borbón y el Presidente de la República; en las Revistas Navales de Mar del Plata de los años 1902 y 1939.
Si bien en 1939 dejó de realizar viajes internacionales permaneció formando parte de la División de Instrucción Naval Militar, donde sus cadetes realizaban embarcos quincenales para cortos viajes de instrucción por mar.
El la década de los años 1950, sus viajes se limitan a navegaciones por el Río de la Plata, Paraná y Uruguay. En esos años es buque Insignia de la Fuerza Naval de Instrucción y en 1956, participa como buque presidencial en la Revista Naval de Mar del Plata.
Su último destino de actividad es el de buque escuela para el adiestramiento del personal subalterno de la Escuela de Marinería y curso profesional de Cabos de Mar, siendo 1961, su último año como unidad naval.
Fue declarada Monumento Histórico Nacional el 18 de junio de 1962 por Decreto Nº 5589 y convertida en museo el 22 de mayo de 1964. Toda su tradición pasó a Fragata ARA Libertad (Q-2), que desde 1962 continúa en la instrucción de los cadetes y cadetas de la Escuela Naval de la Armada Argentina.
Se exhiben en su interior varios objetos llamativos: una piedra que perteneció a la Gran Muralla China, el cuerpo embalsamado de un cachorro de perro Terranova (se trata de Lampazo una mascota de la fragata), y una bandera de Argentina confeccionada en Shangai, cuyo sol fue bordado con los ojos rasgados

jueves, 6 de noviembre de 2008

LOS COLOSOS DE SIEMENS

Ellos están allí desde hace años. Son antiguos habitantes de una ciudad que los ha visto con asombro cambiar de casa a través de las épocas, movidos por la urgencia de los acontecimientos históricos que manejan, también, el destino de los hombres.Su vida comienza allá por 1930, cuando la empresa alemana Siemens decide emplazarlos en el décimo piso de su imponente edificio de la Avenida de Mayo 869.
Luego vino la segunda guerra mundial y con ella la expropiación de todos los bienes pertenecientes a las empresas alemanas. Siemens se quedó sin edificio y los gigantes sin casa… Rápidamente el gobierno concedió el ingenio de relojería de casi tres toneladas de peso a la CGT, y ésta decidió emplazarlo sobre el Diario Democracia sito por aquel entonces en la calle Bouchard 722.Luego de la caída de Perón vivieron sus horas más oscuras.
La empresa Siemens nuevamente los luce orgullosa exponiéndolos en la cúspide del edificio que ocupa desde 1958 en la esquina de la Diagonal Sur y Bolívar. Grandes grúas fueron necesarias para izar a los colosos de cuatro metros de altura. Su cuerpo constituido por gruesas chapas de cobre habían tomado el típico tinte verdoso al ser expuestos durante años al aire húmedo de Buenos Aires.Poco faltaba para que el enorme reloj moviera nuevamente sus agujas parsimoniosas, ordenándoles a los autómatas golpear con lenta determinación su magnífica campana, esa que alguna vez la firma Bellini e Hijos había fabricado en la provincia de Santa Fé.Finalmente el día llegó: el 21 de mayo de 1992, con la misma pompa con que se entroniza a un soberano y ante la atenta mirada del Presidente de la República los colosos de Siemens fueron formalmente situados en su nueva morada. La banda del regimiento de Patricios ponía mientras tanto su cuota de brillo y esplendor a una noche de fiesta y de reencuentro. Nuestro patrimonio e historia estaban por esta vez a salvo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

CAMINITO

Cubierta por pinturas y esculturas, la calle Caminito es uno de los paseos favoritos de turistas y porteños. Está rodeada de casas típicas de La Boca, con paredes de chapa pintadas de distintos colores.

Su trazado sinuoso se debe a que sigue el cauce de un arroyo que fluyó hasta principios del siglo XX. La zona era conocido popularmente como
"Puntin" (diminutivo de "puente" en dialecto genovés).Hasta 1920, por la calle pasaba el tren que iba hasta las afueras de la ciudad de La Plata, al sur de Buenos Aires.








En la década de 1950, un vecino decidió limpiar y recuperar el terreno. Convocó en su ayuda al pintor boquense Benito Quinquela Martín, quien bautizó la calle de 100 metros como "Caminito" por el famoso tango de 1926 de Gabino Coria Peñalosa y Juan de Dios Filiberto (la letra del tango se refiere a un camino en la provincia de la Rioja).Al paseo se fueron sumando obras de artistas como Luis Perlotti, Roberto Capurro, Juan Leone, Ricardo Sánchez y Julio Vergottini, hasta que en 1959 Caminito fue oficialmente inaugurado como museo a cielo abierto http://www.bue.gov.ar/home/