lunes, 30 de enero de 2012

PASAJE DE LA DEFENSA

GALERIA DE LA DEFENSA

Construída en 1880, fue la residencia de una típica familia criolla de apellido Eseiza.
Es uno de los mejores ejemplos de las típicas casas del Barrio de San Telmo, de amplias dimensiones, de dos plantas y con tres patios, alrededor de los cuales se distribuían las distintas habitaciones.
La gran altura de sus techos, el ancho de sus habitaciones, la generosidad de los patios y el estilo de su fachada, están marcados por influencias italianas de aquella época.
Fue una vivienda de uso familiar en un primer momento, luego, allí funcionó una escuela primaria y más tarde un colegio de sordomudos.
Con la crisis de los años ´30, no escapó a las imperiosas necesidades del momento y se transformó en un conventillo donde convivían 32 familias.
Fue remodelada y desde 1981, es una galería comercial donde conviven anticuarios, galerías de arte, y distintos locales comerciales que ofrecen artesanías y objetos de otros tiempos.
Actualmente es llamada "Pasaje Defensa", "Mercado de San Telmo" o "Galería de la Defensa".
Los patios fueron bautizados con los nombres de: "Patio de los Eseiza", "Patio del Arbol" y "Patio del Tiempo".



Se encuentra sobre la calle Defensa entre Avenida San Juan y Humberto Primo, en el Barrio de San Telmo, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

sábado, 28 de enero de 2012

EL PUENTE DE LOS DIOSES


La imagen más emblemática del Jardín Japonés es un puente curvo de color rojo, genéricamente denominado taiko-bashi. Por su forma y sus bajos peldaños resulta complicado de transitar, de modo que conviene hacerlo de costado, tomándose de la baranda. El puente fue diseñado así porque conduce a la “isla de los dioses y los tesoros” y para un mortal no debe ser sencillo llegar a los dioses. En esa isla hay además una pequeña cascada que representa el origen de la vida. 

martes, 17 de enero de 2012

CAMINITO

 Caminito en la actualidad

Caminito en el año 1939




Caminito es una calle museo y un pasaje tradicional, de gran valor cultural y turístico, ubicado en el barrio de La Boca. El lugar adquirió significado cultural debido a que inspiró la música del famoso tango Caminito (1926), compuesta por Juan de Dios Filiberto.
Por el contrario, la letra del conocido tango, escrita por Gabino Coria Peñaloza, está inspirada en un sendero de la localidad de Olta, en la provincia de La Rioja. Por esta razón y en homenaje a Coria Peñaloza, en 1971 una calle de la localidad de Chilecito, recibió también el nombre de Caminito.

Se encuentra en el pintoresco barrio de La Boca, con unos de sus extremos frente al Riachuelo, en la Vuelta de Rocha, y a unos 400 metros del La Bombonera, estadio del Club Atlético Boca Juniors.
El sendero se extiende de este a oeste, formando una curva de unos 150 metros, atravesando en forma diagonal una manzana limitada por las calles Araoz de Lamadrid (al norte), Garibaldi (al oeste), Magallanes (al sur) y Del Valle Iberlucea (al este). Su forma sigue el curso de una antigua vía de ferrocarril, posteriormente abandonada. En 1959 fue convertido oficialmente en una "calle museo", completamente peatonal, con el nombre de "Caminito".

Las casas de madera y chapa que tienen su frente al Caminito, responden al estilo del tradicional conventillo boquense, un tipo de vivienda popular precaria que caracterizó al barrio desde sus orígenes a fines del siglo XIX, como centro de residencia de inmigrantes genoveses. Debido a su valor cultural, las mismas están subsidiadas por el Estado, lo que permite garantizar un mantenimiento que los escasos recursos de los moradores del barrio no podrían realizar. Se encuentran pintadas de colores brillantes, una costumbre barrial que difundió el destacado pintor boquense Benito Quinquela Martín. En las calles adyacentes, pueden recorrerse los conventillos tradicionales de la Boca, construidos de chapas de metal acanaladas, montadas muchas veces sobre pilotes o cimientos altos debido a las frecuentes inundaciones, y pintadas con colores brillantes, tal como se encuentran mantenidos por sus habitantes.

sábado, 7 de enero de 2012

LA CASITA MISTERIOSA


Nunca te preguntaste para que sirve esa casita en el medio del río?????
La pregunta infantil apunta hacia las aguas de la Costanera Norte porteña. Hacia esa silueta fantasmagórica que se recorta en la superficie marrón y que aparece, misteriosa, como una rara casa abandonada con una gran puerta principal pero sin ninguna ventana.

Si se trata del sombrero de un gigante sumergido, como imaginaron unos; del baño de los ocasionales nadadores del río, como arriesgaron otros, o del hogar de un secreto ermitaño, como apostaron algunos pescadores, nada se puede adivinar desde la costa. ¿Qué es?, ¿para qué sirve? Y, ¿por qué está ahí?

Cuentan que la idea de construirla empezó tras un gran pánico, similar al que provocó la gripe A, pero hace más de 140 años, cuando las amenazas en Buenos Aires eran el cólera y la peste amarilla.

Por esa época el riesgo de tomar agua contaminada o de estar próximo a acumulaciones de agua estancada en la ciudad, era mayor. Esto favoreció la propagación de dos epidemias que dejaron tras su paso 14.000 víctimas fatales, según registros parciales, de entre las 190.000 almas que poblaban la ciudad en aquel entonces.

Cuando todavía no se habían esfumado los peores recuerdos de las pestes, se resolvió levantar lo que hoy se ve a lo lejos como una casa enigmática. Fue parte de un proyecto que en 1874 buscaba proveer de agua potable para 400.000 porteños.

Básicamente, lo que hacía era tomar agua del río para enviársela a la planta de potabilización que en ese momento se encontraba en lo que hoy es el Museo de Bellas Artes. Tuvo una vida efímera, dada la expansión geométrica de la población en Buenos Aires de esos tiempos, por lo que fue dada de baja apenas cuatro décadas después de su inauguración.

Estaba ubicada a 800 metros de la costa con una estructura que combinaba el cemento armado y los bloques de granito. Por fuera, mostraba cuatro caras de lo que los expertos llaman una "sobria arquitectura neoclásica", algo que la Ilustración y el Progreso habían impuesto por esos años, y que significaba la vuelta a las formas simples de la Antigua Grecia y Roma. Estaba coronada con una torre de metal que en el momento en que fue creada sostenía en la parte superior una baliza de gas, porque en Buenos Aires todavía no había iluminación eléctrica. Los mismos parámetros estéticos dominantes hacían impensable que una obra de esa importancia no rematara en una obvia veleta  de hierro.

En el interior, un revoque austero cubría las paredes que se prolongaban bajo el nivel del agua en rejas que habilitaban la entrada del agua.
http://www.taringa.net/posts/info/8294099/La-casita-del-Rio-de-la-Plata-_-misterio.html